imagen por prensa del IPD
‘LA LEONA DE MAYNAS’ RESURGIÓ COMO EL AVE FÉNIX
En los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Tessy logró medalla de plata en Arranque y, bronces en Envión y Total Olímpico en la categoría 53kg.
Con tan solo 20 años Tessy Karen Sandy Pizango resurgió de las cenizas para brillar con luz propia. Después de su participación en los Panamericanos de Toronto 2015 la chica loretana tuvo que retirarse de la actividad deportiva de manera inesperada.
Luego de la justa continental en Canadá, Tessy se instaló en Ecuador, específicamente en Riobamba, para unirse a Kleber, quien hoy es su esposo. Se conocieron gracias al deporte y a los alcances de las redes sociales. En su estancia en tierras norteñas no dejó de entrenar. Y un día de aquellas intensas jornadas, la joven pesista tuvo complicaciones al levantar la barra. Se dio cuenta que tenía un leve sangrado y con algo de malestar corrió directo a la emergencia del hospital. El médico le informó que el diagnóstico arrojó tres meses de embarazo y un riesgo de aborto debido a la exigencia del entrenamiento. No había otra solución: debía dejar la rigurosidad del alto rendimiento, su pasión, por salvaguardar la vida de su futura hija.
Tessy ha sorteado una gran cantidad de obstáculos en su vida personal y deportiva, pero frente a todo siempre mantuvo esa gran sonrisa que la caracteriza, gracias al empuje emocional propio, y a la inmensa motivación que hoy le otorgan su hija y su esposo.
Pasaron casi dos años para que una serie de elementos influyan y Tessy Sandy regrese a los entrenamientos, pero sobre todo para que vuelva a vestir los colores nacionales en una competición internacional.
Hace unos días, el orgullo de la provincia de Maynas consiguió colgarse tres preseas en los Juegos Bolivarianos en Santa Marta. Fueron dos de bronce y una de plata, metales que tal vez para muchos incrédulos signifique poco, porque según dicen no tiene el máximo valor en comparación a una encandilante de oro. Pero, para Tessy, fueron tres grandes recompensas a su esfuerzo, tres grandes regalos para su hija y su esposo, quienes fueron el impulso y soporte necesario para hoy regalarle estos logros al Perú.
Tessy retomó los entrenamientos en Riobamba hace solo cinco meses gracias al apoyo económico e insistencia de su esposo para que cumpla sus metas como deportista. Tessy volvió al gimnasio a ponerse en forma. Dividía sus responsabilidades de madre y deportista, con el fin de lograr sus sueños. Decaía en ánimo porque su esfuerzo diario no lograba ningún llamado importante. Nos confiesa que en algún momento estuvo tentada a representar a Ecuador, pero siempre priorizó a Perú.
Fue el profesor Atanas Shopov, entrenador búlgaro que dirige la selección nacional, quien se puso en contacto con ella. Le pidió que entrene para que vaya a los Bolivarianos, pero Tessy al principio dudó porque no estaba entrenando con intensidad para una competencia de tanta envergadura. Le dijo al profe: “Haré el ridículo. Me van despedazar”. La llamada quedó sin respuesta y pasaron varios días de reflexión poniendo el corazón y la cabeza a la medida. Conversó con su esposo quien la motivó y apoyó en todo sentido. Levantó el teléfono y le preguntó al entrenador Shopov si la propuesta seguía en pie. La respuesta fue afirmativa y el técnico búlgaro le propuso que se ponga en contacto con su colega, el colombiano Aymer Orozco.
De ahí, la Federación Deportiva Peruana de Pesas a través de los profesores Atanas Shopov y Aymer Orozco propusieron un plan de trabajo para ganarle al tiempo y poner a punto a esta ‘leona’, como califica el entrenador búlgaro a Sandy.
Hoy nuevamente está encaminada y sabe que ser madre no fue un obstáculo sino una circunstancia para fortalecerse en todo sentido. Además, ser mamá de la adorable Kristhen Dayanara Contreras Sandy, ha sido la oportunidad perfecta para revertir situaciones aciagas que vivió en el seno familiar.
“Mi vida estuvo plagada de hechos violentos dentro de mi familia. Situaciones que me hacían daño, pero que me hicieron ser fuerte y a la vez un impulso para iniciarme como deportista. Hoy como madre y como esposa en mi hogar no existe eso gracias a la armonía en el que vivo”, expresa la pesista nacional.
En muchas ocasiones Tessy evitó presenciar momentos tristes en su casa, por ello se refugió en el deporte como una vía de escape frente a la violencia. Nos cuenta que se inició en el atletismo, y que sus primeros ensayos en esta disciplina fueron los 100 metros planos. Pero, las casualidades de la vida hicieron que el profesor José Sotomayor la observara atentamente una mañana de sol rubicundo, cuando aquella ‘pequeñina’ atrevida levantó una barra enorme. “Tienes el prototipo y el tamaño perfecto para levantar pesas”, recuerda que le dijo su descubridor. Desde ahí, la chica de Maynas nunca más dejó la halterofilia porque pensó que ese deporte la haría más fuerte, y así tendría las condiciones perfectas para defenderse de cualquier agresión física.
“El profe Sotomayor me vio muchas condiciones para las pesas, por eso dejé el atletismo. Pero sobre todo porque me haría poderosa físicamente y así podría defenderme de cualquier maltrato físico. Al principio entrenaba con rabia, pero poco a poco la disciplina me ayudó a cambiar de mentalidad y a entender que el deporte era la manera ideal para aliviar las heridas”, nos cuenta.
A los 14 años tuvo su primera competencia nacional, logró la medalla de bronce y lloró decepcionada por su participación. Tessy evoca el mensaje más contundente que alguien le haya podido dar en su vida.
“Luego de la premiación lloré de tristeza y rabia. El profesor Sotomayor se me acercó molestó y me preguntó por qué lloraba. Le respondí que porque no había ganado la de oro… Se enfureció y me dijo que para él yo era la campeona y que esa medalla era la de oro, porque mi esfuerzo y valor fueron lo más importante. Para él fui la campeona ese día”, comentó la medallista bolivariana.
Tessy Sandy representó al Perú en los Juegos Panamericanos Toronto 2015 culminando una gran participación con el cuarto puesto y logrando registrar un récord nacional con 80 kilogramos en arranque y 103 kilogramos en envión.
“Mi hija junto a mi esposo son las personas más importantes en mi vida. Por ellos continúo mi carrera como deportista. Ahora tengo más de un mes sin verlos, pero esto también es por ellos por todo el apoyo que me da mi esposo Kleber”.
Ahora piensa en volver a ver a su familia, abrazarlos y agradecerles por todo su amor y apoyo. Dice que trabajará fuerte para estar en los Panamericanos Lima 2019. Nos confiesa que su sueño deportivo es ser medallista en Tokio 2020 y tener un negocio propio junto a su esposo, para darle tranquilidad a su pequeña hija.
Lima, martes 21 de noviembre de 2017
OFICINA DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIONES IPD
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