domingo, 16 de octubre de 2011

AJEDRECISTA PERUANO MUY CERCA DE SER GRAN MAESTRO INTERNACIONAL RECLAMA LA ATENCIÒN DEL INSTITUTO PERUANO DEL DEPORTE

imagen por Miguel Muñoz

CARTA DESDE BARCELONA DEL MAESTRO INTERNACIONAL MIGUEL MUÑOZ 

Estimada Judith:

La misma impresión de desaparecido que tienes tú la tengo yo respecto a mi país, hasta de la base de datos del Instituto peruano del deporte estoy ausente, y lo peor es que no sé porqué.

Yo sigo en activo, en cada evaluación de la Federación Internacional se actualizan mis datos y a día de hoy figuro como tercero por Perú. No sé que falta grave he cometido, desde que me fui he progresado y mucho, y no ha sido ningún regalo, he tenido que trabajar duro. En la actualidad tengo una vida estable en Barcelona (España), soy Maestro Internacional con dos normas de Gran Maestro y estoy convencido que antes de final de año ya la habré obtenido y veré cumplido mi sueño: Ser Gran Maestro Internacional.

Nunca en todo este tiempo he solicitado ni se me ha ofrecido ninguna ayuda ni apoyo de mi federación. Sigo jugando con bandera peruana y así tengo intención de seguir haciéndolo ya que tanto mi corazón como mis rasgos físicos me delatan.

En estos días, ante la proximidad y el orgullo de convertirme en Gran Maestro, me he tomado la libertad de enviarle un e-mail e intentar ponerme en contacto con la Dra. Zereceda, para ver qué requisitos debo reunir y solicitar la ayuda que brinda el IPD por medio del departamento Apoyo Al Deportista, que creo me corresponde y mi sorpresa es que hasta el día de hoy sigo sin tener respuesta, solo mencionar que un técnico me dice que no figuro en la base de datos. Yo en estos años no he podido viajar como me habría gustado y visitar mi país, demasiado ocupado estaba intentando sobrevivir.

Te adjunto una carta de presentación que he confeccionado con una foto actualizada y una breve reseña autobiográfica por si pudiera ser de interés de algún medio de comunicación entrevistarme y recuperar el nexo perdido.

Te saludo muy afectuosamente

Miguel Muñoz

imagen por Miguel Muñoz

SEMBLANZA DE MIGUEL MUÑOZ

Soy Miguel Muñoz, nací en La Merced-Chanchamayo (Junín) el 10 de octubre de 1975 en el seno de una familia muy humilde. A los 9 años mi madre me trasladó a Lima junto con mi hermano, a casa de mis tíos puesto que ella se tuvo que marchar a buscar trabajo y no pudo hacerse cargo de nosotros.

En Lima, cursé la primaria y secundaria en el Colegio Ricardo Bentín, y tuve que ponerme pronto a trabajar para ganarme el sustento (lavando carros, era un niño de la calle). Un día a los 15 años, descubrí el ajedrez viendo a unos jugadores en la Plaza Francia y llamó poderosamente mi atención, pronto aprendí a jugar mirando el movimiento de las piezas, con lo poco que ganaba pagaba el alquiler del tablero y fue allí que un Maestro Nacional me observó y me aconsejó participar en algunos torneos de mi categoría.

A los 16 años, sin entrenador y solo jugando en la Plaza Francia, fui Campeón Nacional Juvenil Sub-20.

A partir de aquí el ajedrez fue mi vida y mi único objetivo era mejorar de nivel y soñar con algún día convertirme Gran Maestro Internacional.

Para no extenderme mucho en mi azarosa vida diré que desde el 2001 radicó en Barcelona-España, ciudad en la que conseguí el Titulo de Maestro Internacional, he ganado diversos torneos. Estoy a punto de conseguir mi sueño y ser Gran Maestro Internacional.

Este gráfico muestra mi evolución, publicado por la Federación Internacional (FIDE)


Enlace del ratings de jugadores por Perú en la FIDE:
 
Nota de Redacción.- A Miguel Muñoz, la verdad que le habíamos perdido los pasos, sin embargo su e-mail inicialmente de saludo nos sorprendió gratamente y al preguntarle sobre qué había sido de su vida, recibimos esta nueva comunicación que por lo valioso de su testimonio publicamos en esta edición de "holaesungusto".
 
La autoridades respectivas, ojalá tomen cartas en el asunto y Miguel pueda volver a competir por la selección nacional. Está cerca de lograr ser GMI, el máximo grado en el ajedrez, así que su reclamo no es en vano y debe ser escuchado. (Judith Chuquipul) 

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