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Fuente: Daniel García Marco (dpa) 08/04/2010
MADRID/JOHANNESBURGO (dpa) - ¿Hombre, mujer o hermafrodita? Sea cual sea la respuesta que den los análisis de verificación sexual a los que espera la atleta sudafricana Caster Semenya, el dilema en torno a la campeona del mundo de 800 metros difícilmente quedará cerrado.
La IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo) hará públicos en junio los análisis que encargó en agosto. Diez meses de estudio, de silencio y de filtraciones que han afectado a la joven atleta de 19 años, que no compite desde que se proclamó campeona en el Mundial de Berlín en agosto de 2009.
La espera viene dada por la sensibilidad del caso. Si se demuestra que es una mujer, como ella insiste, sus contrincantes protestarán.
"Para mí no es una mujer", dijo la italiana Elisa Cusma, que acabó sexta en la final de Berlín. "Sólo mírenla", abundó la rusa Mariya Savinova, quinta.
Si es hombre, será la propia Semenya la que, además del golpe personal, recurra la decisión profesional.
¿Y si es hermafrodita, como apuntan las filtraciones?
La IAAF se niega a comentar nada, porque la decisión es la más sensible que haya tenido que tomar nunca y por ello, no tiene precedentes ni sustento legal en los estatutos.
Semenya espera y espera. Intentó en varias ocasiones desafiar la suspensión que pesa sobre ella, pero al final, a instancias de la Federación Sudafricana de atletismo, dio marcha atrás.
Obtuvo el compromiso de que la IAAF hará públicos los datos a principios de junio y se apresuró a anunciar que regresará a las pistas en la reunión internacional de la ciudad española de Zaragoza el 24 de ese mes.
En el Mundial de Berlín se desató el revuelo que aún continúa por la apariencia masculina y las espectaculares marcas de Semenya, lo que obligó a la IAAF a hacer unos análisis.
Semenya emergió casi de la nada tres semanas antes el Mundial con una marca de 1:56,72 minutos. En la final de Berlín ganó con 1:55,45 para aventajar por una inédita diferencia a la keniana Janeth Jepkosgei (1:57,90), defensora del título, y a la británica Jennifer Meadows (1:57,93).
En su país ya había dudas antes del Mundial y la ASA la sometió a los análisis en secreto, ocultándoselo a la propia atleta -a la que se le dijo que se estaba sometiendo a un control antidoping- y al ente internacional.
Hubo incluso una recomendación de que no fuera al Mundial, pero la Federación siguió adelante.
"Reitero que en base al consejo médico y legal, creo que no hay impedimentos para competir en pruebas atléticas femeninas", afirmó recientemente Semenya cuando anunció su próximo regreso a las pistas. Sus abogados amenazaron con ir a los tribunales para que decidan sobre una prohibición sin base reglamentaria.
No puede competir hasta que estén listos los análisis. Las filtraciones a la prensa hablan de que el resultado es que Semenya es hermafrodita, es decir, que posee órganos sexuales masculinos y femeninos, y que sus niveles de testosterona son muy elevados.
Acaso ése sea el peor resultado de una historia de difícil final feliz y en la que se ha hablado de "racismo" y hasta de "guerra".
"Esto huele a racismo del más alto orden", dijo en un comunicado la Liga Juvenil Comunista de Sudáfrica al poco de conocerse el caso.
"Las hermanas (Venus y Serena) Williams nunca fueron sometidas a una humillación pública como la que está llevando a cabo la IAAF. ¿Es porque son estadounidenses?", añadió el comunicado de la sección juvenil de uno de los partidos en el gobierno de Sudáfrica.
La Unión de Futbolistas Sudafricanos (SAFPU) también se sumó a las críticas. "Estamos decepcionados y condenamos la inconsistencia de la IAAF al realizar pruebas físicas y escrutinio genital de Semenya pocas horas antes de la final", dijo.
"Eso demuestra que estos países imperialistas no pueden aceptar el talento que el continente africano tiene", agregó.
El ministro de Deportes llegó a decir que la exclusión de Semenya y la retirada de la medalla de oro desencadenaría "la tercera guerra mundial".
"Me dijo que ellos piensan que es un hombre. ¿Qué puedo hacer cuando dicen que es un hombre si yo sé que no lo es? Dios hizo que tenga la apariencia que tiene", dijo la abuela de la atleta al diario sudafricano "The Times".
"Sé que es una mujer. Yo misma la crié".
Dorcus Semenya, madre de la campeona mundial, aseguró no estar preocupada por el asunto. "La gente puede decir lo que quiera, pero la verdad triunfará: mi hija es una mujer. No estoy preocupada por estas cosas", dijo al diario "The Star".
Semenya estuvo a punto de renunciar a la medalla de Berlín ante las dudas de la IAAF. Fue el presidente de la Federación Sudafricana de Atletismo, Leonard Chuene, quien la disuadió.
"Me dijo que no quería subir al podio, pero le contesté que debía hacerlo", realtó Chuene. "Me dijo 'nadie me explicó nunca que no soy una mujer... ¡no soy un varón! ¿Para qué me trajeron? Mejor me hubieran dejado tranquila en mi pueblo'", añadió el dirigente, que también habló abiertamente de "racismo".
El Congreso Nacional Africano (CNA), el partido mayoritario del gobierno, también hizo del asunto una cuestión de agresión al país y hasta se anunció una reclamación ante la comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en contra de la IAAF por haber socavado "los derechos y la vida privada" de Semenya.
El caso se adentra en el terreno de la ciencia, la sociología y la ética.
Los expertos advierten que no es tan fácil determinar el género de un ser humano. "Los puentes entre hombre y mujer son muy difusos", aseguró en una conversación con la agencia dpa la doctora Heidemarie Neitzel, directora de citogenética de la Clínica Universitaria Charité de Berlín.
Al parecer, el análisis de los cromosomas XX y XY ya no es determinante. "Hace 20 ó 30 años se habría dicho que si hay una Y, entonces es masculino. Hoy sabemos que no está tan claro", advirtió la científica.
Existen además los casos de hemafroditismo, intersexualidad o los genitales ambiguos, que son una mezcla entre ovarios y testículos.
El test para determinar el sexo de una persona requiere la participación de ginecólogos, genetistas, endocrinos y psicólogos, advierten los expertos, de ahí quizás que la resolución lleve meses.
El secretario general de la IAAF, Pierre Weiss, aseguró que si el examen deja claro que Semenya no es una mujer, la medalla de oro le sería retirada. Pero el portavoz del organismo, Nick Davies, admitió que probablemente no sea tan fácil. "Legalmente es un asunto muy complejo", reconoció.
Semenya, que de un año al otro mejoró su marca en casi nueve segundos, no es un caso de doping. El suyo es un asunto con ramificaciones muy diversas.
"Tenemos que tener en cuenta el aspecto de la discriminación", advirtió el alemán Helmut Digel, miembro del consejo de la IAAF. El mismo organismo contempla en su reglamentación, en acuerdo con el Comité Olímpico Internacional (COI), la posibilidad de los cambios de sexo, pero para que los transexuales puedan competir con las mujeres, deben cumplir condiciones.
De momento, sus rivales no lo tienen nada claro.
La IAAF insiste en que los tests de asignación sexual de Semenya no sugieren una sospecha de fraude deliberado por parte de la corredora, sino "que buscan evaluar la posibilidad de una potencial condición médica que pudiera dar una ventaja injusta a Semenya sobre sus competidoras".
"La IAAF reconoce lo sensible del caso y lamenta profundamente las acusaciones que se hacen sobre las razones por las que se están realizando los tests", añadió el órgano rector.
Nelson Mandela, ex presidente sudafricano y Premio Nobel de la Paz, recibió tras el Mundial a la atleta, que también apareció en la portada de una revista con vestido negro de gala y zapatos altos.
Mientras, espera una decisión que marcará su vida profesional y personal y que será un hito para el deporte mundial.
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